Nuestro primer beneficiario, Steven, se deshace en elogios hacia la fundadora y presidenta de la asociación, Philippa: “Recuerdo muy bien el día en que recibí mis primeras prótesis: Fue el día más feliz de mi vida. Sin Philippa, nada de esto habría sido posible y mi vida habría tomado un rumbo muy diferente”.
Después de terminar el bachillerato, Philippa partió en 2008 para realizar un voluntariado en el hospital infantil Baca Ortiz de Quito, la capital de Ecuador. Allí conoció a Steven, que había perdido el brazo y la pierna tras un accidente. Con las primeras prótesis de Steven, nació la asociación. Incluso hoy, sería imposible pensar en la asociación sin Philippa, que vive en Basilea con su marido Markku y sus hijas. Sus contactos personales en Quito, así como en su pueblo natal, Spielberg, de donde proceden la mayoría de nuestros donantes y miembros, garantizan el éxito sostenible del suministro de prótesis para niños en Ecuador. Philippa también trabaja activamente en la cooperación para el desarrollo y acompaña los programas en Guatemala, así como el tema de género en los programas del “Fastenopfer”, una organización no gubernamental suiza.